Escuela dominical, en la medida que vamos creciendo en el espíritu como dice Pablo, vamos comprendiendo el sentido del Evangelio, un evangelio de poder, de victoria, con lo cual entendemos que en gran manera el diablo está tomando parte activa en la iglesia desde hace muchísimo tiempo.
Ahora si digo que el diablo se ha metido en la iglesia, muchos me dirán: oh! Qué bobo, el diablo no puede entrar. Sin embargo, el propósito es demostrarles que sí.
Cuando uno va creciendo, con la ilusión de servir ministerialmente a Dios, se le dice que debe ir al seminario y para nosotros sabemos que los mejores seminarios pertenecen a la doctrina Bautista, quienes tienen un estricto concepto hermenéutico, homiléctico, exegético, escatológico y ministerial, que no ha sufrido ningún cambio en el tiempo.
Ahora bien, al llevar a la práctica rudimentariamente podemos ver que funciona según el orden tradicional de las cosas, de ahí que mucha gente funciona según la tradición, es decir el motivo de culto, más no el culto en sí. —porque hay mucha gente que cree, que cuando van a la Iglesia se santifican, por eso cuando salen quedan peor que cuando entraron, no comprendiendo que si no ponen por obra el mensaje de nada sirve que los ángeles le pongan la mano en la cabeza— fe allí que digo que muchos corren es a esconderse entre la multitud. Oh! Yo pertenezco a tal lugar… y el fruto?..
La costumbre consiste en llegar los domingos a la iglesia, abrir la Biblia, murmurar una oración, luego la alabanza, posteriormente separar los niños de los padres, para recibir el sermón sin antes recibir los anuncios; en algunos casos se recogen las ofrendas y los diezmos primero en otros al final, con lo cual se da por terminado el culto. Ya durante la semana se programan una serie de actividades como lo son la visita, la reunión de jóvenes, el ensayo del coro, etc.
Sin embargo, pocas veces se enfoca la razón en darse cuenta si está funcionando todo ello, en la calidad de vida no sólo de la membrecía sino en la sociedad, pues no hay que olvidar que la iglesia se constituye en la principal academia de valores; no solamente morales, sino patrióticos, sociales, económicos, higiénicos, culturales.
Ahora bien, lo que estoy observando es que el modelo de escuela dominical no está funcionando, y no funcionará porque inconscientemente se está separando la familia, quien es la razón de ser de una nación, nuestro amado Salvador dijo: dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis porque de los tales es el reino de los cielos. Aunque podemos argumentar que la separación de los niños es para que los adultos puedan concentrarse, vemos que eso no está bien, porque si el padre de familia no es capaz de corregir, indicando un adecuado comportamiento a un niño de escasos años, es porque cuando esté más grande… no podrá hacerlo. La otra razón es el carácter del pastor para corregir algunas conductas dentro de la iglesia, que son groseras ante Dios. Como distraer a los demás, comer dentro del recinto, y no dice nada por el temor de que una parte de la congregación deserte. Entonces estamos diciendo que allí no hay trato de Dios, por lo tanto no habrá un fruto social.
Al hacer seguimiento a los distintos “avivamientos” nos damos cuenta de que esos niños que llevaban sus padres, una vez crecieron hasta hacerse jóvenes, muchos se han ido, no de la presencia de Dios, porque no le han conocido, sino que se han ido de el concepto de iglesia, que es mucho más grave. Existen muchas variables, pero tacaré dos simplemente: la primera es porque los profesores de escuela dominical no les dijeron la verdad, es decir, trataron de hacerles entender la Biblia a través de muñecos y fantasías. Cosa que está comprobado que no funciona, porque si alguien entiende más… son precisamente los niños. Educa al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. La otra es la relación con sus padres, es decir, por el principio de que los niños quieren ser grandes ellos quieren escuchar lo mismo que sus padres, razón por la cual la palabra de Dios es censurada desde el pulpito. Dice la escritura que cuando se expuso el Sermón de la montaña, estaban allí toda las edades sin que hubieran sala cunas, cafeterías, hoteles, gimnasio para desestresarse a pesar de que fueron setenta y dos horas en completo silencio y atención, y por lo que vemos el Señor Jesús no era una “perita en dulce” que digamos; con respecto a la hipocresía de decir: no es que los hermanitos vienen por primera vez, es que aquella señora no sabe criar a los hijos y por eso le hacen pataleta. No! Todos guardaron el orden.
La otra cosa que tampoco está bien es el cuento del culto de jóvenes, la sola expresión es denigrante, no solamente para ellos, sino también para los adultos, acaso pueden existir dos mensajes que digan a unos: alégrate joven en tu juventud… y a otros diga: entristécete viejo en tu vejes desgraciado? No! Porque vemos a una multitud de jóvenes en alto riesgo, con pesadas cargas… que no hay que tratar con mimos, sino con la exhortación, porque están en peligro y el padre que ama a su hijo lo corrige, no lo halaga cuando hay que darle garrote. Por eso es que en las congregaciones se hacen grupos que contienden contra otro… terminando esos párvulos de la escuela dominical en embarazos “fortuitos”, en drogas, en vandalismo, etc. La pregunta es: podrá restaurarse aquel que teniendo gran necesidad de Dios, lo rechaza porque cree que ya le conoce, simplemente porque fue víctima de una mala formación espiritual.
De dónde salen los grandes apostatas? Acaso no es de la Iglesia?
Ahora quiero cerrar con una reflexión, de mea culpa, es decir, dónde está la responsabilidad espiritual y política que Dios demanda, sobre quienes actúan locamente? Dios habla de los pastores inútiles… pero qué dice Dios de los homicidas.
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