sábado, 10 de diciembre de 2011

El Carácter moldeado

Perfil de un Cristiano:

Imagen y Verdad:


El Señor conoce las profundidades del corazón, Pro_20:27No es la ropa, ni los zapatos, ni andar a la última moda el elemento principal de la imagen, es lo que se  lleva por dentro lo que te hace diferente. El rostro refleja la persona interior, Pro_27:19
Sin carácter para ser .Puede que esto le sorprenda y se esté preguntando, ¿Qué relación hay entre la forma de ser de una persona (carácter) y la forma en que se proyecta a los demás (imagen)? Si no todo, tiene que ver mucho. Pro_19:10
Honesta autoestima. La forma en que nos comportamos y tratamos a los demás habla de nosotros; la manera en que nos presentamos ante los demás es nuestra tarjeta de presentación que dice "este soy yo, y así me siento acerca de mí mismo". Para ilustrarlo mejor, analicemos diferentes definiciones de lo que es el carácter y su relación con la imagen. Rom_12:3
Tener carácter es ser fiel a un conjunto de principios que rigen nuestra vida. Estos principios quedan plasmados en la forma en que nos comportamos, vestimos, maquillamos y peinamos.
¿Qué es tener carácter? Evidencia desde niño, Pro_20:11
·         Tener carácter es el arte de aprender a controlar nuestros estados emocionales y mantener la estabilidad de temperamento no de acuerdo a las circunstancias, sino a una forma de vida que yo misma cultivo día a día desde mi interior. A su vez, nuestro temperamento se ve manifestado en nuestras actitudes, los gustos que tengamos al vestirnos, peinarnos y maquillarnos.
·         Tener carácter es ejercitar nuestra propia voluntad. La que nos dice que soy una mujer que puede aprender a ser dueña y señora de sí misma. Por lo tanto, poseo la libertad interior de escoger una forma habitual de comportamiento y no me convierto en esclava de la moda llevando mis años con alegría y dignidad.
·         Es no dejarse llevar por sentimentalismos, así como estar decidida a ser una mujer fuerte y completa sin dejar por eso de ser femeninas. Por tanto me controlo ante eventos fuertes y tengo la opción de ser versátil y creativas con lo que me pongo.
·         Es dar a las cosas la importancia que tienen (carácter) No es la ropa la que me hace parecer importante o más bella (imagen) Es sólo el complemento y la extensión de mí misma. La ropa es la que sella con broche de oro mis habilidades en relaciones humanas ya que manifiesta el respeto que siento por los otros.
Relación entre carácter e imagen El Señor conoce las profundidades del corazón, Pro_20:27
De esta manera podemos ver la relación tan cercana que hay entre carácter e imagen. Vivimos en una época en donde la imagen es muy importante. Vivimos en un mundo visual cuya característica principal es el consumismo. Pero el carácter cuenta. Y cuenta tanto más que la imagen. Además el carácter aunque no nos lo parezca también es visual.
Constantemente estamos hablando con nuestro rostro. La forma en que miramos a los demás, sonreímos, saludamos, caminamos, respondemos. Todo esto es la manifestación pura de nuestra forma de ser. Por lo mismo y no importando a que te dediques, ama de casa, profesionista, religiosa, enfermera, secretaria, estudiante, etc.
Actitudes del corazón,
Antes de preocuparte por la ropa que te pones, el peso, el cabello, las uñas y el maquillaje. Preocúpate por adquirir un carácter estable y armonioso de manera que el arreglo personal sirva únicamente para embellecer el magnetismo y aplomo que proviene de tu interior. Cuántas cabezas voltearán ya que estás consiente sabes que la elegancia es interna. Pro_15:13-15 Mat_15:18-20

domingo, 4 de diciembre de 2011

Tradición y Costumbre

Paradigma:

Cristianismo Objetivo:


Del arquetipo moderno ilustrado 
 al dogma postmoderno actual

Cambio interno, externo, Gen 35:2 Orden de Dios para Abraham, Gen 12:1-9
Todos nos encontrarnos inmersos en un nuevo cambio de paradigma: de una modernidad ilustrada a un paradigma postmoderno (todavía por determinar y circunscribir), en el que ser humanoy sociedad, mundo y Dios se concebirán en una constelación totalmente distinta de convicciones, valores y formas de conducta (= paradigma). Considero que aquí no se trata de un simple movimiento pendular o de una marejada, ni siquiera de un cambio de talante en los años sesenta o setenta, o de un determinado giro político en los ochenta, sino de una transformación fundamental y a largo plazo en la concepción de la realidad (que de hecho ya se iniciaba con la primera guerra mundial). Como hemos insinuado, este cambio trascendental en la visión global de nuestro tiempo incluye dos facetas principales: por una parte, la crisis del ya envejecido paradigma "moderno-ilustrado" y, por otra parte, empiezan a perfilarse rasgos básicos de un nuevo paradigma ilustrado post-moderno más allá de la Ilustración.
Ya hace tiempo que se anuncia otra constelación de valores en el nuevo marco externo de lo político: sólo ahora nos damos cuenta de verdad del alcance de la invasión, revolución y quebranto supuestos por las dos guerras mundiales: teólogos como Karl Barth, Rudolf Bultmann y Paul Tillich y filósofos como Heidegger, Jaspers y Bloch lo constataban ya en 1918. En la esfera política, la antigua constelación de la modernidad, es decir, la supremacía mundial de las potencias europeas fue duramente sacudida por la primera guerra mundial y, finalmente, en la segunda guerra mundial, aniquilada y disuelta por el dominio de las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Pero éstos a su vez - inmersos en una situación cada vez más crítica - ni siquiera son capaces de imponer ilimitadamente la propia voluntad en sus respectivas esferas de influencia (China, América Latina, Europa). Se empieza a dibujar una nueva constelación política mundial de carácter post- moderno, es decir, postimperialista y postcolonialista, y también, gracias a los sistemas técnicos de comunicación, un mundo policéntrico cada vez más intrincado (el Tercer Mundo y el Cuarto Mundo son ya tan importantes corno el Primero y el Segundo), en el que las guerras, después de tantas experiencias horribles, quizás se consideren cada vez más como empresas insensatas e inhumanas (como ya sucede en Europa).
Igualmente evidente es la crisis interna del paradigma de la modernidad: por todas partes se está poniendo en tela de juicio la supremacía mundial de las fuerzas culturales que determinan y conservan el paradigma moderno. Los seres humanos nos sentimos hoy menos liberados que amenazados: por una ciencia que no reconoce fronteras ni responsabilidad alguna; por una macrotecnología y tecnocracia que en vez de servir al ser humano lo domina; por una industria que deteriora el medio ambiente; por una democracia puramente formal, incapaz de realizar la justicia social.
El proceso de modernización no sólo amenaza con destruir toda tradición, sino también el sentido y las normas, la identidad del hombre, su comunitariedad y su medio ambiente. Este fenómeno es calificado hoy por la sociología (Daniel Bell) como agotamiento de las energías creadoras de la modernidad; después de la segunda guerra mundial, Theodor W. Adorno y Max Horkheimer lo llamaban "dialéctica de la Ilustración". Continuando el pensamiento nietscheano analizaron en su "teoría critica" cómo una crítica radical, es decir, una crítica racional llevada hasta la raíz, termina por minar las raíces de la misma razón; cómo de este modo la autocrítica de la razón disuelve a la razón misma; cómo la Ilustración se mueve en un proceso imparable de autodestrucción.
Por eso, los propios autores de la "Dialéctica de la Ilustración" preconizaban ya una Ilustración que se trascendiera a sí misma.
Moisés a Josué, Jos 1:1-7 

 
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